II
El río amenaza con dejar de moverse; es
casi total la calma en la superficie
quebrada por la espalda de esas rocas.
viernes, 20 de abril de 2007
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Cambiamos de firma
Me acordé como se siente atravesar
esas cortinas de plástico
de las cocinas
o las puertas de bares.
Serán feas,
pero cómo me gusta cuando me acarician la cara.
Habría que poner filas
y filas
de esas cortinas.
Yo caminaría a través de todas.
Hay un olor, también;
tienen un olorcito
que no voy a poder describir:
un poco rancio,
un poco dulce,
tienen un olorcito que no voy a poder describir
pero sí me acuerdo
de que acarician una caricia muy rara,
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